El hallazgo de litio en salmueras petroleras por parte de Pemex abre una ventana estratégica para México en la transición energética, pero enfrenta retos técnicos, financieros y de coordinación institucional que podrían convertir la oportunidad en un nuevo fracaso minero.
En un giro que pocos anticipaban, Petróleos Mexicanos (Pemex) anunció el descubrimiento de litio en salmueras asociadas a cinco de sus campos petroleros. Este hallazgo, más allá del simbolismo, podría representar una oportunidad estratégica para que México se inserte en la cadena global de valor del llamado oro blanco, clave para la fabricación de baterías y la transición energética.
El litio fue identificado en aguas congénitas —fluidos salinos que emergen junto con el petróleo—, lo que abre la posibilidad de aprovechar infraestructura existente para una nueva actividad minera no convencional. Sin embargo, el entusiasmo inicial contrasta con los desafíos técnicos y financieros que enfrenta el país.
A diferencia de los salares de Bolivia o las minas de roca dura en Australia, el litio hallado por Pemex se encuentra en salmueras profundas y rocas de arcilla, lo que complica su extracción. La empresa apuesta por la tecnología de extracción directa (DLE), un método químico que separa el litio sin necesidad de evaporación solar, pero que aún no ha sido probado a escala comercial en México.
Además, el litio en arcilla —como el del yacimiento de Bacadéhuachi en Sonora— sigue sin explotarse debido a su alta complejidad técnica. Hasta ahora, ninguna empresa ha logrado producir litio comercialmente en México.
La empresa estatal Litio para México (LitioMx), creada en 2022, tiene el mandato exclusivo de explotar el litio. Sin embargo, en tres años no ha generado ingresos ni ha iniciado operaciones mineras reales. Su presupuesto ha sido destinado principalmente a nómina y estudios preliminares.
Por su parte, el Servicio Geológico Mexicano (SGM) ha identificado 82 localidades con presencia de litio, pero ninguna ha sido clasificada como reserva económicamente viable. El SGM trabaja en Sonora, Puebla, Durango y Chihuahua, pero los resultados aún son preliminares.
Pemex enfrenta una quiebra técnica y una deuda superior a los 88 mil millones de dólares. Aunque el gobierno federal ha anunciado un plan para lograr su autosuficiencia financiera en 2027, la diversificación hacia el litio representa un riesgo elevado.
Expertos advierten que Pemex carece de experiencia en minería y que la extracción de litio requiere tecnología especializada, inversión millonaria y una regulación clara, elementos que hoy no existen en México.
La historia reciente del litio en México está marcada por expectativas incumplidas. El único yacimiento con potencial —el de Sonora— está en disputa legal tras la cancelación de concesiones a empresas extranjeras. Mientras tanto, el país no ha producido una sola tonelada comercial de litio.
El hallazgo de litio en salmueras petroleras podría ser una puerta hacia un nuevo modelo energético, pero solo si se traza una ruta clara, sostenible y realista. De lo contrario, corre el riesgo de convertirse en otro proyecto que se queda en el discurso.
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